Las características fundamentales de la comunicación escrita: Una aproximación a la naturaleza de la «mensaje» en los contextos de la transmisión de información
La comunicación escrita es una de las formas más antiguas y esenciales de transmisión de información entre los seres humanos. A través de la escritura, no solo se facilita el intercambio de ideas, sino que también se preservan conocimientos y se construyen narrativas que atraviesan el tiempo. A lo largo de la historia, el acto de escribir ha sido utilizado para formalizar acuerdos, compartir saberes, comunicar sentimientos y reflexionar sobre el entorno. En este contexto, el concepto de «mensaje» es fundamental, ya que es el núcleo de cualquier proceso comunicativo, ya sea en la esfera personal, profesional o académica.

El mensaje, como unidad básica de la comunicación, tiene ciertas características que determinan tanto su efectividad como su capacidad para generar una interacción significativa entre el emisor y el receptor. Estas características varían dependiendo del contexto, el propósito comunicativo, y las herramientas empleadas, pero existen elementos universales que son fundamentales para comprender cómo funciona este proceso de intercambio de información. A continuación, se exponen las principales características de la «mensaje» en la comunicación escrita.
1. Claridad: La precisión del mensaje
Una de las características más relevantes de un mensaje escrito es la claridad. La claridad implica que el mensaje sea comprensible para el receptor, es decir, que el lenguaje utilizado sea sencillo, directo y libre de ambigüedades. El propósito de cualquier mensaje es que la información llegue de manera efectiva a su destinatario, sin que se produzcan malentendidos ni confusión.
Para lograr claridad, el escritor debe utilizar un lenguaje adecuado al contexto, evitar frases complejas y asegurarse de que la estructura del mensaje sea coherente. La precisión de las palabras también juega un papel crucial en este sentido, ya que el uso de términos vagos o imprecisos puede dificultar la comprensión del mensaje. La claridad en la comunicación escrita no solo es relevante en textos informativos o académicos, sino también en la correspondencia cotidiana o en los textos persuasivos, como los anuncios publicitarios o las campañas de concientización.
2. Concisión: Un mensaje eficiente y directo
La concisión es otra característica esencial de un mensaje escrito eficaz. Un mensaje conciso no se extiende innecesariamente, sino que va al punto sin incluir información irrelevante o redundante. La concisión no significa eliminar detalles importantes, sino más bien eliminar las palabras superfluas que no aportan valor al mensaje.
En la comunicación escrita, la capacidad de expresar ideas de manera precisa y eficiente es vital, especialmente cuando se comunican instrucciones, procedimientos o ideas complejas. Un mensaje conciso respeta el tiempo del receptor, facilitando la comprensión rápida y la toma de decisiones sin sobrecargar al destinatario con información innecesaria. La brevedad también favorece la retención de información, ya que el receptor tiene menos detalles que procesar, lo que permite que los puntos clave queden claros.
3. Coherencia: La conexión lógica entre las ideas
La coherencia se refiere a la organización lógica del mensaje. Un mensaje coherente sigue una secuencia de ideas que se conectan de manera clara y estructurada. Esta característica asegura que el receptor pueda seguir el hilo del mensaje sin esfuerzo, comprendiendo cómo cada idea se relaciona con la anterior y contribuye al mensaje global.
En la comunicación escrita, la coherencia se logra mediante la correcta utilización de conectores lógicos, la división adecuada en párrafos y la construcción de oraciones que se complementen entre sí. La coherencia es especialmente importante en textos argumentativos, académicos y científicos, donde se requiere que el escritor desarrolle un razonamiento sólido y lógico para persuadir o informar al receptor. Sin coherencia, el mensaje pierde fuerza y puede resultar confuso o contradictorio.
4. Adecuación: El mensaje en función del contexto y del receptor
La adecuación es una característica que se refiere a la capacidad del mensaje para ajustarse al contexto y al receptor al que va dirigido. Un mensaje debe ser formulado teniendo en cuenta la situación comunicativa, el propósito del mensaje, el conocimiento previo del receptor sobre el tema, y el tono adecuado para la interacción.
En la comunicación escrita, la adecuación involucra varios aspectos: el registro lingüístico (formal o informal), el estilo de escritura (narrativo, expositivo, persuasivo), y la elección de los recursos lingüísticos apropiados (vocabulario técnico o coloquial). Por ejemplo, un mensaje dirigido a un público académico deberá emplear un lenguaje formal y preciso, mientras que un mensaje destinado a un público general podrá utilizar un lenguaje más accesible y directo. Asimismo, el uso de metáforas, analogías o ejemplos puede hacer que el mensaje sea más comprensible y relevante según el contexto y el público.
5. Emoción: El impacto afectivo del mensaje
Aunque la comunicación escrita suele asociarse con la transmisión de información objetiva, no se puede subestimar el poder de las emociones en el proceso comunicativo. A través de la escritura, es posible transmitir sentimientos, emociones y estados de ánimo que impactan al receptor, motivando una respuesta emocional que complementa la información objetiva.
Este aspecto es especialmente relevante en ciertos tipos de mensajes, como los literarios, los discursos políticos, o las cartas personales. El uso de recursos estilísticos como la metáfora, la ironía, el humor o la exclamación, puede intensificar la carga emocional del mensaje, haciendo que el receptor se identifique con el mensaje a un nivel personal. En el ámbito comercial y publicitario, también se recurre a este tipo de estrategias para captar la atención del receptor y generar una conexión afectiva con la marca o el producto.
6. Estilo: La singularidad en la comunicación
El estilo en un mensaje escrito refleja la personalidad y la voz del emisor. Cada escritor tiene una forma única de expresarse, que puede variar según su formación, su experiencia, y su perspectiva sobre el mundo. El estilo de un mensaje es una característica que le da identidad y lo distingue de otros textos.
El estilo puede ser formal o informal, académico o coloquial, dependiendo del contexto. Además, el uso del estilo es una herramienta que permite al escritor adaptarse a diferentes audiencias y generar una impresión específica. En la literatura, por ejemplo, el estilo puede ser una manera de subrayar un tema o crear una atmósfera particular. En textos académicos, el estilo debe ser claro y preciso, pero no carente de profundidad.
7. Interactividad: El mensaje como punto de partida para el diálogo
Hoy en día, gracias al auge de las tecnologías de la información, la comunicación escrita no es solo unidireccional, sino que frecuentemente da lugar a una interacción. La interactividad es una característica que permite que el mensaje escrito sea el punto de partida para una conversación más amplia, en la que el receptor puede responder, plantear preguntas o proporcionar retroalimentación.
En plataformas como foros en línea, redes sociales, y comentarios de blogs, los mensajes escritos se convierten en una especie de «invitación» a la participación. La interactividad también se ve reflejada en los correos electrónicos y en los informes donde el destinatario puede solicitar más detalles o hacer aclaraciones. En estos casos, el mensaje no es simplemente un flujo de información de un emisor a un receptor, sino una base para la creación de un diálogo continuo.
Conclusión
Las características del mensaje escrito son esenciales para garantizar que la comunicación sea efectiva, clara y relevante. Desde la claridad y concisión, hasta la coherencia y adecuación del contenido, cada uno de estos elementos contribuye a la calidad del mensaje y a la efectividad de la comunicación. Sin embargo, también es importante reconocer el papel de la emoción y el estilo en el proceso comunicativo, así como la posibilidad de interactividad que las tecnologías contemporáneas han brindado al acto de escribir.
A medida que la tecnología continúa evolucionando y el panorama de la comunicación escrita se adapta a nuevas plataformas y formas de interacción, las características del mensaje seguirán siendo un punto clave en la definición de lo que significa comunicarse. La capacidad de transmitir información de manera precisa, clara y efectiva no solo es fundamental en la escritura académica y profesional, sino también en nuestra vida cotidiana, donde las palabras continúan teniendo un poder inmenso para conectar, informar y transformar.