Enfermedades del hígado y de la vesícula biliar

Cálculos Biliares: Causas y Tratamiento

Las piedras en la vesícula biliar: definición, causas, síntomas y tratamiento

Las piedras en la vesícula biliar, conocidas médicamente como cálculos biliares o colelitiasis, son pequeñas formaciones sólidas que se desarrollan en la vesícula biliar, un órgano pequeño ubicado debajo del hígado. La vesícula biliar tiene la función principal de almacenar la bilis, un líquido digestivo producido por el hígado, que ayuda a descomponer las grasas en el proceso digestivo. Cuando esta bilis se vuelve excesivamente concentrada o cuando hay un desequilibrio en sus componentes, pueden formarse cálculos biliares.

Tipos de cálculos biliares

Existen dos tipos principales de cálculos biliares:

  1. Cálculos de colesterol: Son los más comunes, representando aproximadamente el 80% de los casos. Estos cálculos se forman cuando hay un exceso de colesterol en la bilis. El colesterol normalmente se disuelve en la bilis, pero cuando hay más colesterol del que la bilis puede disolver, puede cristalizar y formar cálculos.

  2. Cálculos pigmentarios: Estos cálculos están compuestos principalmente por bilirrubina, una sustancia que se produce cuando el cuerpo descompone los glóbulos rojos viejos. Los cálculos pigmentarios son menos comunes y suelen estar relacionados con condiciones médicas que afectan el hígado o la sangre, como la cirrosis hepática o la anemia hemolítica.

Causas y factores de riesgo

El desarrollo de cálculos biliares puede ser influenciado por una variedad de factores:

  • Composición de la bilis: Un desequilibrio en los componentes de la bilis, como el colesterol y la bilirrubina, puede contribuir a la formación de cálculos.
  • Motilidad de la vesícula biliar: La vesícula biliar debe vaciarse completamente para evitar la formación de cálculos. Si la vesícula biliar no se contrae adecuadamente, puede permitir que la bilis se concentre y cristalice.
  • Factores genéticos: La predisposición genética juega un papel importante en la formación de cálculos biliares. Si hay antecedentes familiares de cálculos biliares, el riesgo de desarrollarlos puede ser mayor.
  • Dieta: Una dieta rica en grasas saturadas y baja en fibra puede aumentar el riesgo de desarrollar cálculos biliares. El consumo excesivo de colesterol y una ingesta inadecuada de líquidos también pueden contribuir.
  • Obesidad: La obesidad está estrechamente relacionada con un mayor riesgo de cálculos biliares, ya que puede alterar el equilibrio de las sustancias en la bilis y afectar la motilidad de la vesícula biliar.
  • Pérdida rápida de peso: La pérdida rápida de peso, como la que ocurre durante dietas estrictas o la cirugía bariátrica, puede aumentar la cantidad de colesterol en la bilis y disminuir la capacidad de la vesícula biliar para vaciarse adecuadamente.
  • Edad y sexo: Las mujeres tienen un riesgo mayor de desarrollar cálculos biliares que los hombres, especialmente durante los años reproductivos y el embarazo. Además, el riesgo aumenta con la edad.

Síntomas de los cálculos biliares

Muchas personas con cálculos biliares no experimentan síntomas, en cuyo caso la condición se denomina colelitiasis asintomática. Sin embargo, cuando los cálculos bloquean el conducto biliar, pueden causar una serie de síntomas conocidos como cólico biliar o colecistitis aguda. Los síntomas incluyen:

  • Dolor abdominal: El dolor generalmente se localiza en la parte superior derecha del abdomen y puede irradiar hacia la espalda o el hombro derecho. El dolor puede ser intermitente o persistente y suele aparecer después de comer comidas grasosas.
  • Náuseas y vómitos: Estos síntomas a menudo acompañan al dolor abdominal y pueden ser persistentes.
  • Indigestión y distensión abdominal: Las personas pueden experimentar sensaciones de plenitud, gases o malestar estomacal.
  • Fiebre y escalofríos: Si los cálculos causan una inflamación de la vesícula biliar (colecistitis) o una infección, puede haber fiebre y escalofríos.
  • Ictericia: En casos en los que un cálculo bloquea el conducto que lleva la bilis al intestino, puede ocurrir una acumulación de bilirrubina en la sangre, dando lugar a una coloración amarilla en la piel y los ojos.

Diagnóstico

El diagnóstico de cálculos biliares suele comenzar con una evaluación de los síntomas y una historia clínica detallada. Los métodos de diagnóstico incluyen:

  • Ultrasonido abdominal: La técnica de imagen más común para detectar cálculos biliares, que utiliza ondas sonoras para crear imágenes de la vesícula biliar y los cálculos.
  • Tomografía computarizada (TC): Utilizada en algunos casos para obtener imágenes más detalladas del abdomen y evaluar complicaciones.
  • Colangiografía por resonancia magnética (CRM): Una técnica de imagen avanzada que puede ayudar a visualizar los conductos biliares y detectar cálculos que no se ven en una ecografía.
  • Colecistografía: Un procedimiento que implica la ingestión de una sustancia de contraste para evaluar la vesícula biliar a través de radiografías.

Tratamiento

El tratamiento para los cálculos biliares depende de la gravedad de los síntomas y de la presencia de complicaciones. Las opciones de tratamiento incluyen:

  • Cambio en la dieta: En casos asintomáticos, se puede recomendar ajustar la dieta para reducir los síntomas y evitar la formación de nuevos cálculos. Se sugiere una dieta baja en grasas y alta en fibra.
  • Medicamentos: En algunos casos, se pueden usar medicamentos para disolver los cálculos biliares, aunque este tratamiento no siempre es efectivo y puede tardar meses en lograr resultados.
  • Litotricia extracorpórea por ondas de choque (LEOC): Un procedimiento que utiliza ondas de choque para fragmentar los cálculos en trozos más pequeños que pueden ser expulsados del cuerpo de manera más fácil. Este tratamiento se usa en casos seleccionados.
  • Cirugía: La colecistectomía es la cirugía más común para tratar los cálculos biliares. Consiste en la extirpación de la vesícula biliar, que puede realizarse de manera laparoscópica (mínimamente invasiva) o mediante cirugía abierta. La colecistectomía laparoscópica es preferida por su menor tiempo de recuperación y menor riesgo de complicaciones.

Prevención

Para reducir el riesgo de desarrollar cálculos biliares, se recomienda:

  • Mantener un peso saludable y evitar la obesidad.
  • Adoptar una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, granos enteros y baja en grasas saturadas.
  • Realizar actividad física regular para promover una buena salud digestiva.
  • Evitar la pérdida rápida de peso mediante dietas extremas.

En resumen, las piedras en la vesícula biliar son una condición que puede variar desde asintomática hasta severa, con un rango de síntomas y tratamientos. La prevención y el manejo adecuado son clave para minimizar el impacto de los cálculos biliares en la salud y el bienestar general.

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