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BMW M5 E34: Clásico Deportivo

BMW M5 (E34) 1988-1995: Un Clásico de la Alta Gama

El BMW M5 (E34) es un verdadero referente en la historia de los sedanes deportivos, un modelo que supo fusionar lujo, confort y un rendimiento sobresaliente, características fundamentales para la marca alemana. Este automóvil, producido entre 1988 y 1995, se destacó por su rendimiento impresionante y su diseño sutil, que no dejaba entrever las capacidades extraordinarias del vehículo. Con la introducción de la segunda generación de la serie 5 de BMW, el M5 se convirtió en un símbolo de la competencia en el mercado de los sedanes deportivos de lujo, un segmento que BMW ayudó a redefinir con este modelo.

Contexto Histórico

El M5 E34 llegó en un momento en que la competencia en el mercado de sedanes deportivos de lujo se intensificaba. Por un lado, BMW luchaba por destacar su M5 frente a un Mercedes-Benz 190 2.5-16, que también competía en el ámbito de los autos de alto rendimiento. Ambas marcas se habían involucrado en competiciones de automovilismo, destacándose en las carreras DTM (Deutsche Tourenwagen Meisterschaft), lo que generó una rivalidad directa en la pista, pero también en las ventas. Esta competencia fue clave para demostrar que los vehículos rápidos podían ser al mismo tiempo cómodos, refinados y adecuados para el uso diario.

La producción de la segunda generación de la serie 5 de BMW comenzó en 1987, pero fue lanzada oficialmente en 1988. En septiembre de ese mismo año, el M5 E34 hizo su debut, marcando el inicio de una nueva era para los sedanes deportivos. Aunque no fue un modelo visualmente llamativo en comparación con otros deportivos de la época, su estética sutil y elegante fue deliberadamente pensada para quienes buscaban un vehículo de alto rendimiento sin llamar demasiado la atención.

Diseño y Estética

El M5 E34, a diferencia de otros autos de alto rendimiento, no presentaba una apariencia exageradamente deportiva. Su diseño exterior era muy similar al de un BMW 5-Series convencional, con pequeños detalles que lo diferenciaban. Estos detalles incluían ruedas más grandes, parachoques y faldones laterales ligeramente modificados, que no alteraban la apariencia general del vehículo pero lo hacían reconocible para los conocedores.

El diseño de la carrocería fue especialmente pensado para ofrecer una experiencia de conducción óptima. Con una longitud de 4719 mm, un ancho de 1750 mm y una altura de 1412 mm, el M5 E34 no solo ofrecía un espacio amplio y cómodo para los ocupantes, sino que también contaba con una aerodinámica eficiente, con un coeficiente de arrastre (Cd) de 0.32, lo que mejoraba tanto su estabilidad a altas velocidades como su eficiencia de combustible.

El interior del M5 E34 era mucho más revelador en términos de sus capacidades deportivas. El habitáculo estaba diseñado para el confort, pero también para ofrecer un soporte excepcional al conductor. Los asientos delanteros eran de tipo baquet, con un diseño ergonómico que proporcionaba un excelente soporte lateral durante las curvas rápidas. El interior también se diferenciaba por el uso del logotipo «M» en el tablero, acompañado de tres líneas en tonos azul y rojo, un símbolo distintivo de la línea M de BMW.

Además, el M5 E34 estaba equipado con una columna de dirección ajustable eléctricamente, una característica rara en su época. El centro de la consola estaba dominado por una computadora de a bordo, que aunque podía parecer algo anticuada debido a su pequeña pantalla LED y la cantidad de botones, representaba una de las innovaciones tecnológicas de la época.

Motor y Rendimiento

El verdadero atractivo del BMW M5 E34 residía bajo el capó. Equipado con un motor de 6 cilindros en línea, el M5 ofreció una potencia sobresaliente para su época. El motor de 3.5 litros que se instaló entre 1988 y 1991 entregaba 316 caballos de fuerza (hp) a 6900 RPM, mientras que la versión posterior, equipada con un motor de 3.8 litros, ofrecía 340 hp. Esta mejora en la motorización permitió que el M5 E34 alcanzara una velocidad máxima de 250 km/h (155.3 mph) y acelerara de 0 a 100 km/h en tan solo 6.3 segundos, cifras impresionantes para un sedán de lujo.

Este potente motor estaba asociado a una transmisión manual de 5 marchas, que era estándar hasta 1994. A partir de ese año, BMW ofreció una opción de transmisión manual de 6 marchas, brindando una experiencia de conducción aún más dinámica y precisa. El M5 E34 estaba configurado con tracción trasera, lo que mejoraba la agilidad del vehículo, permitiendo a los conductores disfrutar de una sensación de control total en todo momento.

En cuanto al sistema de frenos, el M5 E34 estaba equipado con discos ventilados en la parte delantera y discos en la parte trasera, lo que le proporcionaba un excelente rendimiento de frenado, incluso a altas velocidades. La suspensión también estaba especialmente diseñada para garantizar una conducción estable y cómoda, independientemente de las condiciones de la carretera.

Comodidad y Consumo de Combustible

A pesar de ser un automóvil de alto rendimiento, el M5 E34 no descuidó el confort de sus ocupantes. Su diseño interior se enfocaba en ofrecer un espacio cómodo y de alta calidad para los pasajeros, lo que lo hacía adecuado tanto para viajes largos como para el uso diario. El tamaño del maletero, con 459 litros de capacidad, era suficientemente amplio para ser un sedán familiar, y el sistema de climatización y los asientos de alta calidad aseguraban que todos los ocupantes viajaran con la máxima comodidad.

En términos de eficiencia de combustible, el M5 E34 no era el modelo más económico. En ciudad, el consumo alcanzaba los 18.2 L/100 km, mientras que en carretera mejoraba a 11.9 L/100 km, lo que se traducía en un consumo combinado de 12.9 mpg (18.2 L/100 km). Sin embargo, dadas sus capacidades de rendimiento y la tecnología de su motor, estas cifras eran aceptables para un automóvil de su categoría.

Conclusión

El BMW M5 E34 es un automóvil que dejó una huella indeleble en la historia de los sedanes deportivos. Con su diseño discreto pero refinado, su impresionante rendimiento y su confort, el M5 E34 representó el equilibrio perfecto entre lujo y deportividad. Aunque no se destacó por ser un vehículo llamativo, su motor, suspensión y detalles interiores lo convirtieron en una máquina de conducción excepcional, respetada tanto en la pista como en las carreteras.

A lo largo de sus años de producción, el M5 E34 consolidó su lugar en el corazón de los entusiastas del automovilismo y sigue siendo una pieza codiciada por los coleccionistas. Al combinar la precisión alemana con el lujo y la potencia, el BMW M5 E34 es sin duda un clásico que representa la culminación de la ingeniería automotriz de finales del siglo XX.

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