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BMW 507: Icono Clásico

BMW 507 TS Roadster (1955-1959): Un ícono de lujo y ambición en la industria automotriz

En la década de 1950, BMW, una marca que aún buscaba recuperar su prestigio previo a la Segunda Guerra Mundial, tomó una audaz decisión: crear un automóvil que no solo mejorara su imagen en el mercado europeo, sino que también lograra penetrar en el exclusivo y competitivo mercado estadounidense. Así nació el BMW 507 TS Roadster, un modelo que, a pesar de sus grandes ambiciones y su estética deslumbrante, tuvo una vida relativamente corta debido a su alto costo y a los desafíos que enfrentó la marca en cuanto a producción y ventas. Este coche no solo quedó grabado en la memoria de los aficionados a los vehículos de lujo, sino que además se hizo famoso al ser propiedad de una de las personalidades más influyentes de la época: Elvis Presley.

La génesis del BMW 507: El sueño de competir en el mercado estadounidense

A mediados de la década de 1950, BMW no gozaba de la popularidad que había disfrutado antes de la guerra. Aunque la marca seguía fabricando vehículos con una tecnología y diseño bastante interesantes, sus modelos, como el pequeño Isetta y algunos otros más convencionales, no lograban captar la atención de los consumidores en mercados internacionales, especialmente en los Estados Unidos. La compañía se encontraba atrapada en una era de transición tecnológica, luchando por innovar y modernizarse mientras mantenía sus modelos tradicionales.

En este contexto, BMW decidió dar un paso audaz. La marca buscaba algo que pudiera cambiar su suerte y proyectar una imagen más sofisticada y moderna al mundo. La solución vino en forma de un roadster de lujo, el BMW 507, un automóvil diseñado para captar la atención de los estadounidenses, particularmente en el contexto de la emergente cultura del automóvil deportivo y de lujo.

Este modelo fue concebido con la intención de rivalizar con los más exclusivos vehículos deportivos de la época, como el Mercedes-Benz 300 SL Gullwing, y entrar en el mercado estadounidense con un producto que no solo destacara por su rendimiento, sino también por su diseño innovador y elegante.

El diseño y la mecánica del BMW 507

El diseño del BMW 507 fue obra del ingeniero y diseñador de automóviles, Albrecht von Goertz, quien también trabajó en otros proyectos importantes dentro de la industria automotriz. El 507 TS Roadster se caracterizó por su elegante línea de carrocería, con un largo capó delantero, ventilaciones laterales ubicadas detrás de los guardabarros y una silueta que evocaba una sensación de velocidad y sofisticación. Su chasis era una versión acortada del BMW 501 convertible, lo que le confería una excelente maniobrabilidad y una distribución equilibrada del peso.

Bajo el capó, el 507 estaba equipado con un motor V8 de 3.2 litros (3169 cm³), capaz de generar 140 caballos de fuerza (103 kW) a 4800 revoluciones por minuto. Este motor se combinaba con una transmisión manual de 4 marchas que permitía al vehículo alcanzar una velocidad máxima de 220 km/h (137 mph), un rendimiento notable para la época. El torque máximo alcanzaba los 222 Nm (164 lb-ft) a 2500 rpm, lo que le otorgaba una aceleración impresionante, logrando el 0-100 km/h en solo 9.9 segundos.

El sistema de frenos de tambor, tanto en la parte delantera como en la trasera, era suficiente para detener con eficacia el vehículo, a pesar de la tecnología más avanzada de frenos de disco que estaba emergiendo en esa época. El 507 montaba neumáticos de 255/40/19, lo que proporcionaba una excelente tracción y estabilidad. Además, su aerodinámica estaba cuidadosamente optimizada con un coeficiente de arrastre (Cd) de 0.4, lo que mejoraba su desempeño a altas velocidades.

El impacto en el mercado y las dificultades de producción

A pesar de que el BMW 507 fue un vehículo visualmente impresionante y con un rendimiento sobresaliente, la ambición de BMW de vender 1000 unidades anuales no se materializó. De hecho, la producción de este roadster fue muy limitada, alcanzando solo 252 unidades entre 1955 y 1960, un número que distaba mucho de las expectativas iniciales de la marca. Esto se debió principalmente a dos factores: el alto costo de producción del vehículo y la competencia de otros modelos más asequibles y populares en el mercado estadounidense, como el Chevrolet Corvette.

El 507 fue un coche de lujo en todos los aspectos. Su diseño y sus materiales de alta calidad, como la carrocería de aluminio y la mecánica avanzada, elevaban considerablemente su precio. A esto se sumó el hecho de que la producción de estos automóviles fue lenta y costosa. Cada unidad se fabricaba de manera casi artesanal, lo que incrementaba aún más el costo final del vehículo. Al final, el precio de venta fue casi el doble de lo que BMW había estimado inicialmente, lo que hizo que muchos posibles compradores se decantaran por modelos más asequibles como el Corvette.

La fama póstuma y la relación con Elvis Presley

Uno de los aspectos más interesantes y que contribuyó a la leyenda del BMW 507 fue su relación con la estrella del rock ‘n’ roll, Elvis Presley. En 1958, Presley compró un BMW 507, convirtiéndose en uno de los pocos propietarios de este vehículo exclusivo. El automóvil fue un símbolo de su estatus de celebridad y de su amor por los coches de lujo. Se dice que Elvis estaba tan enamorado de su BMW 507 que lo cuidaba meticulosamente, pero la relación del Rey del Rock con el vehículo no fue duradera. En 1960, Presley vendió el coche, y este pasó a ser propiedad de varios dueños antes de ser finalmente restaurado y adquirido por un coleccionista.

El vínculo de Elvis con el BMW 507 no solo contribuyó a la leyenda del coche, sino que también aumentó la visibilidad del modelo en el imaginario popular. La famosa fotografía de Elvis con su 507 se convirtió en un símbolo de lujo, poder y sofisticación, características que este automóvil quería transmitir desde su lanzamiento.

El legado del BMW 507 TS Roadster

Aunque el BMW 507 no alcanzó el éxito comercial que se esperaba, su legado perdura hasta el día de hoy. Este roadster se considera uno de los coches más bellos y exclusivos jamás producidos por BMW, y su influencia en la marca y en la industria automotriz es innegable. El diseño del 507 sirvió de inspiración para futuras generaciones de vehículos deportivos de la marca, y su figura se ha convertido en un ícono en el mundo del coleccionismo de coches.

En la actualidad, el BMW 507 es considerado una joya de la automoción, y las unidades que se conservan en buen estado alcanzan precios altísimos en el mercado de los coches clásicos. Su exclusividad, su historia y su vinculación con personajes legendarios como Elvis Presley han asegurado que el 507 continúe siendo un símbolo de lujo y estilo.

Especificaciones Técnicas

  • Motor: V8 de 3.2 litros (3169 cm³)
  • Potencia: 140 hp (103 kW) a 4800 rpm
  • Par motor: 164 lb-ft (222 Nm) a 2500 rpm
  • Transmisión: Manual de 4 velocidades
  • Velocidad máxima: 220 km/h (137 mph)
  • Aceleración 0-100 km/h: 9.9 segundos
  • Consumo combinado: 18.1 mpg (13 L/100 km)
  • Peso en vacío: 1265 kg (2789 lbs)
  • Longitud: 4397 mm (173.1 in)
  • Ancho: 1651 mm (65 in)
  • Altura: 1257 mm (49.5 in)
  • Distancia entre ejes: 2479 mm (97.6 in)
  • Tipo de tracción: Trasera
  • Frenos: Tambor (delante y detrás)
  • Tamaño de llantas: 255/40/19

Conclusión

El BMW 507 TS Roadster sigue siendo un referente en el mundo de los automóviles clásicos. Aunque su producción fue limitada y no alcanzó los números de ventas esperados, su influencia perdura en el diseño y la filosofía de la marca. Su vinculación con la cultura pop, a través de Elvis Presley, y su estatus como un coche de lujo exclusivo, lo han asegurado un lugar de honor en la historia de los automóviles deportivos. Para los entusiastas de los coches clásicos y los coleccionistas, el BMW 507 es un sueño de sofisticación y elegancia sobre ruedas.

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