Audi 90 (B2) 1984-1987: El Salto de Audi hacia la Exclusividad Automovilística
En la década de los 80, Audi no era aún percibida como una marca premium, al menos no en la misma liga que sus competidores alemanes de siempre: BMW y Mercedes-Benz. Sin embargo, con la introducción de la versión facelift del Audi 80, la marca germana comenzó a dar sus primeros pasos en el mundo de los automóviles de lujo, ofreciendo un modelo que marcó un antes y un después en la historia de la compañía. Este modelo no solo fue una evolución estética y técnica del 80, sino que también trajo consigo una gran innovación: el sistema de tracción integral Quattro, que en su momento no solo era una característica exclusiva de los coches de rally, sino que pasó a ser una característica que diferenciaba al Audi 90 de otros sedanes de la época.

Un Desafío para BMW y Mercedes-Benz
Durante los años 80, Audi tenía una batalla difícil frente a BMW y Mercedes-Benz, marcas que ya eran vistas como el epítome del lujo y la calidad alemana en el mundo del automóvil. La concepción popular sobre los autos premium estaba centrada en la tracción trasera, por lo que Audi debía superar el reto de convencer a los compradores de que una tracción delantera, complementada con tecnología avanzada, era una opción igualmente válida, incluso superior en ciertos aspectos.
El gran as bajo la manga de Audi fue el sistema Quattro. Aunque inicialmente fue implementado en modelos de rally y de competición, el sistema de tracción a las cuatro ruedas se convirtió en una pieza clave en la estrategia de marketing de Audi. El Quattro no solo ofrecía una excelente adherencia en superficies resbaladizas, sino que demostraba un rendimiento superior en comparación con los sistemas convencionales de tracción trasera, especialmente en condiciones meteorológicas adversas.
El Diseño del Audi 90 (B2): Estética y Funcionalidad
El Audi 90 (B2), producido entre 1984 y 1987, fue la respuesta directa de la marca alemana a las demandas de los conductores de un coche deportivo y de lujo. El modelo recibió una serie de mejoras y modificaciones con respecto al Audi 80, lo que le permitió diferenciarse en términos de diseño y equipamiento.
El diseño exterior del Audi 90 de segunda generación (B2) es una clara manifestación de la filosofía de Audi en cuanto a estética funcional. El facelift de este modelo introdujo una parte delantera renovada, destacando un nuevo paragolpes envolvente de plástico que incorporaba luces de estacionamiento y antiniebla. Este paragolpes de mayor tamaño ayudaba a darle al 90 un aspecto más robusto y distintivo, haciendo más fácil su identificación en comparación con el Audi 80.
En cuanto a los faros, el modelo de 1984 también presentó un cambio significativo. El Audi 90 estaba equipado con dos faros rectangulares, lo que se alejaba del diseño más redondeado del 80 y otorgaba un aire más moderno y sofisticado. Esta nueva configuración de la parte frontal no solo mejoraba la estética, sino que también mejoraba la funcionalidad de la iluminación, lo que resultaba en una mayor visibilidad y seguridad al conducir en condiciones de baja luminosidad.
En la parte trasera, los cambios continuaron con la inclusión de pilotos traseros más grandes, que recordaban a los del Audi 100, otro modelo emblemático de la marca. Estos detalles no solo proporcionaban una mayor visibilidad para los otros conductores, sino que también se sumaban al diseño refinado que definía al Audi 90.
Un Interior Deportivo y Elegante
Dentro del habitáculo, Audi mantuvo su enfoque en la calidad y el confort, a la par de las mejoras estéticas. El Audi 90 presentó un salpicadero más orientado hacia el conductor, con un diseño más funcional y ergonómico. La instrumentación del vehículo se inspiró en el Audi Quattro Coupé, incorporando un cuadro de instrumentos rectangular que proporcionaba una lectura clara y precisa de todos los parámetros del coche.
En el centro, el salpicadero estaba compuesto por controles de clima situados encima del equipo de radio-casete, y debajo de las salidas de aire. Esta disposición de los controles permitía un acceso más intuitivo a las funciones, lo que mejoraba la experiencia de conducción. Además, los asientos delanteros deportivos con refuerzos laterales brindaban un excelente soporte para los pasajeros, reflejando el enfoque más deportivo del vehículo. Audi se había asegurado de que el interior no solo fuera cómodo, sino que también ofreciera un toque de exclusividad y deportividad, adecuado para un automóvil de gama alta.
El Rendimiento del Audi 90: Motor y Tecnología
El Audi 90 estaba equipado con motores de cinco cilindros en línea, una característica que lo conectaba directamente con el mundo de los rallys, donde los motores de cinco cilindros eran comunes. Estos motores ofrecían una mayor suavidad y potencia en comparación con los motores tradicionales de cuatro cilindros, y daban al 90 un sonido característico que lo diferenciaba de otros sedanes de la época.
El motor más potente que se encontraba en el Audi 90 era el de 2.0 litros turboalimentado, capaz de generar hasta 115 caballos de fuerza. Este motor, que era más potente que los motores naturalmente aspirados de BMW y Mercedes-Benz, otorgaba al Audi 90 un rendimiento notablemente superior en términos de aceleración y velocidad máxima. El 90 podía alcanzar los 180 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en solo 11.7 segundos, lo que lo hacía un contendiente formidable en el segmento de los sedanes deportivos.
Además, el sistema de tracción delantera, combinado con el motor de cinco cilindros, garantizaba una conducción más ágil y eficiente, a diferencia de los sistemas de tracción trasera que predominaban en los modelos de la competencia. La transmisión automática de tres marchas, aunque sencilla, era adecuada para el estilo de conducción del Audi 90, ofreciendo una experiencia de conducción cómoda y sin complicaciones.
Dimensiones y Comodidad
Las dimensiones del Audi 90 fueron cuidadosamente pensadas para ofrecer un equilibrio entre comodidad y deportividad. Con una longitud de 4465 mm, un ancho de 1681 mm y una altura de 1364 mm, el coche ofrecía suficiente espacio interior sin perder su agilidad en la carretera. La distancia entre ejes de 2537 mm era ideal para proporcionar una buena estabilidad en línea recta y en curvas.
El maletero del Audi 90 tenía una capacidad de 541 litros, lo que lo hacía lo suficientemente espacioso para un coche de su categoría. Esta característica era especialmente apreciada por los compradores que buscaban un sedán práctico y elegante, pero que también necesitaba ofrecer un rendimiento adecuado para viajes largos o familiares.
Economía de Combustible y Emisiones
En cuanto a la eficiencia de combustible, el Audi 90 mostró cifras bastante competitivas para su época. Con un consumo de 20.3 millas por galón en ciudad y 53.7 millas por galón en carretera, el coche era relativamente eficiente para su tamaño y potencia. En términos de emisiones de CO2, aunque no se dispone de datos específicos para el modelo 90 de 1984-1987, se sabe que la marca había comenzado a implementar tecnologías más limpias y eficientes en sus vehículos para cumplir con las normativas europeas sobre emisiones de gases contaminantes.
El Legado del Audi 90
El Audi 90 (B2) dejó una huella importante en la evolución de la marca. No solo ayudó a Audi a consolidarse como una opción seria en el mercado de los autos premium, sino que también demostró que la innovación técnica y el diseño no solo deben servir para atraer a un público más amplio, sino también para desafiar los estándares establecidos por competidores como BMW y Mercedes-Benz.
El uso del sistema Quattro, los motores de cinco cilindros y el diseño estilizado del Audi 90 sentaron las bases para lo que sería la futura línea de modelos deportivos y de lujo de la marca, consolidando a Audi como un verdadero rival en el mundo de los autos premium.