La República de Kazajistán, ubicada en Asia Central, es un país que ha experimentado una notable transformación en las últimas décadas. Con un vasto territorio que abarca más de 2.7 millones de kilómetros cuadrados, Kazajistán es el noveno país más grande del mundo, y su historia, geografía, cultura y política son de gran relevancia no solo para la región, sino también para el contexto global. Un aspecto central en la comprensión del país es su capital, que ha sido objeto de importantes cambios en los últimos años.
La Capital de Kazajistán: De Alma-Ata a Nursultán
Kazajistán, que en sus primeros años de independencia después de la disolución de la Unión Soviética en 1991 tenía como capital a Alma-Ata (actualmente Almatý), experimentó un cambio estratégico de capital en 1997. Esta decisión fue tomada bajo el liderazgo del primer presidente del país, Nursultán Nazarbáyev, quien consideró que el traslado de la capital al norte del país podría equilibrar mejor la distribución del poder y potenciar el desarrollo económico en una región más cercana a Rusia. La nueva ciudad elegida fue Akmolinsk, una pequeña localidad ubicada en la estepa kazaja, que más tarde sería renombrada como Astana.
¿Por qué se cambió la capital de Kazajistán?
El cambio de la capital de Alma-Ata a Astana no fue solo una cuestión administrativa o geográfica, sino también una decisión estratégica vinculada a varios factores:
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Posición geográfica: La nueva ubicación estaba más cerca del centro geográfico del país, lo que facilitaba un acceso más equitativo a las distintas regiones de Kazajistán. Además, se encontraba a una distancia razonable de la frontera con Rusia, lo que también tuvo implicaciones en términos de seguridad y relaciones exteriores.
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Desarrollo económico: Kazajistán, al ser un país rico en recursos naturales, necesitaba diversificar su economía y reducir su dependencia de las regiones del sur, que históricamente habían sido más desarrolladas. El traslado de la capital al norte ofreció la oportunidad de impulsar una nueva región que pudiera albergar inversiones y proyectos de infraestructura clave.
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Necesidad de modernización: Durante los años posteriores a la independencia, Kazajistán experimentó un rápido crecimiento económico, y la necesidad de crear una imagen moderna y cosmopolita para el país fue crucial. Astana, con su arquitectura vanguardista, simbolizaba esa nueva etapa de modernización y ambición internacional del país.
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Condiciones climáticas y geográficas: Aunque el clima de Astana, con inviernos extremadamente fríos y veranos calurosos, fue un factor que se discutió en su momento, los beneficios estratégicos se consideraron más importantes que las condiciones climáticas adversas. La ciudad fue diseñada con una infraestructura que permitiera adaptarse a esos desafíos.
El Renombramiento de Astana a Nursultán
En 2019, poco después de la renuncia de Nursultán Nazarbáyev como presidente, el gobierno de Kazajistán decidió cambiar el nombre de la capital de Astana a Nursultán, en honor al exmandatario, quien había sido figura clave en la fundación y el desarrollo del nuevo centro administrativo. Esta decisión generó debate tanto dentro como fuera de Kazajistán, ya que algunos consideraron que el cambio de nombre era una forma de consolidar la imagen de Nazarbáyev como líder central en la historia del país.
Sin embargo, en 2022, tras la renuncia de Nazarbáyev del cargo de presidente del Consejo de Seguridad de Kazajistán y como parte de un proceso de reformas políticas, el presidente Kassym-Jomart Tokayev decidió revertir este cambio de nombre y devolverle la ciudad su antiguo nombre de «Astana». Esta decisión fue parte de una serie de reformas políticas que buscaban reducir la influencia del exlíder en los asuntos del país.
La Ciudad de Astana: Características y Arquitectura
Astana, ahora nuevamente llamada con su nombre original, es una ciudad diseñada para reflejar la ambición de Kazajistán. A lo largo de los años, se ha convertido en un referente arquitectónico, con edificaciones que combinan el estilo moderno con influencias de la tradición kazaja.
Uno de los íconos de la ciudad es el Bayterek, una torre de 105 metros de altura que simboliza el árbol de la vida, un elemento central en la mitología kazaja. El Palacio de la Paz y la Reconciliación, diseñado por el arquitecto británico Norman Foster, es otro ejemplo de la modernidad que caracteriza a la ciudad, con una estructura piramidal que alberga actividades culturales y de diálogo entre las religiones del mundo.
Además, el Centro de Exposiciones de Astana y el Estadio Nacional son otros ejemplos de la infraestructura avanzada de la ciudad, que ha sido diseñada para albergar grandes eventos internacionales, incluyendo el EXPO 2017, un evento mundial que colocó a Kazajistán en el mapa global de la sostenibilidad y la innovación tecnológica.
Política y Economía en la Nueva Capital
La creación de una nueva capital no solo cambió la geografía de Kazajistán, sino que también impulsó la política y la economía del país. El gobierno de Kazajistán ha enfocado esfuerzos en hacer de Astana un centro político y económico clave, atrayendo a inversores internacionales y a organismos internacionales. La ciudad ha sido diseñada para ser una vitrina de modernidad, con políticas que fomentan el desarrollo económico y cultural.
El hecho de que Astana se haya convertido en la sede del gobierno, de las principales instituciones financieras y de organismos de desarrollo regional, ha permitido a Kazajistán posicionarse como un actor importante en Asia Central. Además, la ciudad ha experimentado un crecimiento notable en términos de infraestructura, con la construcción de modernos rascacielos, centros comerciales y zonas residenciales de lujo.
Un Futuro Prometedor para Astana y Kazajistán
Hoy en día, Astana se erige no solo como la capital administrativa y política de Kazajistán, sino también como un símbolo del renacer de un país que busca posicionarse en la arena internacional. La ciudad está en constante crecimiento y renovación, con nuevos proyectos de desarrollo urbano y social que buscan transformar la capital en una ciudad del futuro.
Kazajistán, al igual que su capital, continúa avanzando hacia la modernidad, con un fuerte énfasis en la diversificación económica, el desarrollo sostenible y la cooperación internacional. El futuro de Astana, y de Kazajistán en general, parece brillante, con el potencial de consolidarse como un centro de influencia clave en Asia Central.
En conclusión, la capital de Kazajistán, que ha pasado de Alma-Ata a Astana y finalmente a Nursultán, es un reflejo de la evolución del país desde su independencia hasta convertirse en una nación moderna y en desarrollo. Con su impresionante arquitectura, su crecimiento económico y su importancia política, Astana es un testimonio del dinamismo y la ambición de Kazajistán en el siglo XXI.