El nombre romano para la ciudad de Amán es «Philadelphia». Durante el período romano, Amán fue conocida como Philadelphia en honor al rey de Pérgamo, Attalus II Philadelphus (159-138 a.C.), quien fue un aliado de Roma. La ciudad fue una importante urbe en la región de Arabia y prosperó bajo el dominio romano, especialmente durante los reinados de los emperadores Trajano y Adriano. La designación como Philadelphia se puede encontrar en varias inscripciones y registros históricos de la época. Sin embargo, con el tiempo, el nombre original árabe de Amán prevaleció y sigue siendo el nombre principal de la capital de Jordania en la actualidad.
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La historia de Amán, o Philadelphia en su época romana, está marcada por una serie de acontecimientos que han dejado una huella significativa en su desarrollo y evolución a lo largo de los siglos.
Durante el período helenístico, la región de Amán estuvo bajo la influencia del Reino de los Ptolomeos de Egipto, y más tarde pasó al control del Reino de los Seleúcidas. Sin embargo, fue bajo el dominio romano cuando la ciudad experimentó un importante crecimiento y desarrollo.
La designación de Philadelphia para la ciudad de Amán se atribuye al emperador romano Trajano, quien conquistó la región en el año 106 d.C. y la incorporó como parte de la provincia de Arabia. Sin embargo, fue bajo el reinado de su sucesor, el emperador Adriano, cuando la ciudad floreció y se convirtió en un importante centro urbano, con la construcción de numerosos edificios y monumentos.
Durante este período, Philadelphia se convirtió en un importante centro de comercio y cultura en la región, atrayendo a comerciantes, artesanos y eruditos de todo el Imperio Romano. Se construyeron templos, teatros, baños públicos y otros edificios públicos que reflejaban la grandeza y la prosperidad de la ciudad.
Uno de los monumentos más emblemáticos de Philadelphia durante la época romana fue el Teatro Romano, construido durante el siglo II d.C. con capacidad para albergar a miles de espectadores. Aunque gran parte de la estructura ha sufrido daños debido al paso del tiempo y los conflictos, aún se pueden apreciar sus impresionantes restos arqueológicos en la actualidad.
Además de su importancia como centro urbano, Philadelphia también desempeñó un papel estratégico en la red de comunicaciones del Imperio Romano, al encontrarse en una ubicación clave en la ruta que conectaba Arabia con Siria y Egipto.
Con el tiempo, el poder romano declinó y la región experimentó cambios políticos y culturales. Philadelphia fue sufriendo una serie de invasiones y conflictos que afectaron su desarrollo y estabilidad. Eventualmente, con la llegada del Islam en el siglo VII, la ciudad pasó a formar parte del mundo árabe y adoptó su nombre original, Amán, que significa «lugar de seguridad» o «lugar de paz» en árabe.
A pesar de los cambios a lo largo de los siglos, Amán ha conservado su importancia como una ciudad importante en la región del Levante y como la capital moderna del Reino Hachemita de Jordania. Sus antiguas ruinas romanas, incluido el Teatro Romano, son testigos silenciosos de su rica historia y de su papel como punto de encuentro entre oriente y occidente.