Cuidado del cabello

Alisar el cabello saludablemente

El deseo de tener un cabello liso y manejable es común entre muchas personas, y a lo largo de los años, se han desarrollado diversas técnicas y productos para lograrlo. Sin embargo, es esencial abordar el alisado del cabello de manera saludable, para evitar daños que puedan ser difíciles de revertir. A continuación, se exploran diferentes métodos para alisar el cabello de forma saludable, tanto a través de tratamientos naturales como de productos y técnicas más modernas, pero con un enfoque en la preservación de la salud capilar.

1. Comprensión de la estructura del cabello

Para alisar el cabello de manera efectiva y saludable, es fundamental comprender la estructura del cabello. Cada hebra de cabello está compuesta por tres capas: la cutícula, el córtex y la médula. La cutícula es la capa más externa y está formada por pequeñas escamas que se superponen. El córtex, que está debajo de la cutícula, es responsable de la fuerza, el color y la textura del cabello. La forma en que las proteínas en el córtex se disponen afecta si el cabello es liso, ondulado o rizado.

Cuando se alisa el cabello, lo que se hace es alterar temporal o permanentemente la estructura del córtex, para que la fibra capilar adopte una forma más recta. Este proceso puede ser delicado, ya que si no se realiza adecuadamente, puede dañar la cutícula y el córtex, resultando en un cabello quebradizo y sin vida.

2. Métodos naturales para alisar el cabello

Una forma de alisar el cabello sin recurrir a productos químicos agresivos es mediante el uso de métodos naturales. Estos métodos son menos invasivos y pueden contribuir a mantener la salud del cabello a largo plazo. Algunos de los más efectivos incluyen:

a) Leche de coco y jugo de limón

La leche de coco es rica en vitaminas y minerales que nutren el cabello, mientras que el jugo de limón actúa como un suavizante natural. Para este tratamiento, se mezcla una taza de leche de coco con el jugo de un limón y se deja reposar en el refrigerador hasta que adquiera una consistencia cremosa. Se aplica en el cabello y se deja actuar durante 30 minutos antes de enjuagar. Este tratamiento, si se realiza regularmente, puede ayudar a alisar el cabello de manera gradual.

b) Aceite de oliva caliente

El aceite de oliva es conocido por sus propiedades hidratantes y suavizantes. Aplicar aceite de oliva caliente en el cabello, cubriéndolo con un gorro de ducha durante al menos 30 minutos, permite que el cabello absorba el aceite, lo que lo hace más manejable y liso. Este método es especialmente útil para personas con cabello seco y encrespado.

c) Mascarilla de aloe vera

El aloe vera es un ingrediente versátil que tiene beneficios tanto para la piel como para el cabello. Para alisar el cabello, se puede mezclar gel de aloe vera con un poco de aceite de oliva o de coco y aplicar la mezcla sobre el cabello húmedo. El aloe vera hidrata profundamente el cabello y ayuda a relajar los rizos, dejándolo más suave y liso.

d) Mascarilla de huevo y aceite de almendras

El huevo es rico en proteínas, lo que ayuda a fortalecer el cabello, mientras que el aceite de almendras proporciona una hidratación intensa. Una mascarilla hecha con dos huevos y un par de cucharadas de aceite de almendras aplicada al cabello durante 30 minutos puede ayudar a alisarlo y mejorar su textura.

3. Alisado térmico: consejos para minimizar el daño

El alisado térmico, que incluye el uso de planchas o secadores, es uno de los métodos más populares para alisar el cabello. Sin embargo, el calor excesivo puede causar daños significativos si no se usa correctamente. A continuación, se presentan algunos consejos para alisar el cabello con calor de manera segura:

a) Uso de protectores térmicos

Antes de utilizar cualquier herramienta de calor, es crucial aplicar un protector térmico en todo el cabello. Estos productos crean una barrera protectora alrededor de la hebra capilar, minimizando el daño causado por el calor.

b) Ajuste de la temperatura

Cada tipo de cabello requiere una temperatura diferente para alisarse de manera efectiva. El cabello fino debe alisarse a temperaturas más bajas (entre 120°C y 150°C), mientras que el cabello grueso o rizado puede necesitar temperaturas más altas (hasta 200°C). Es importante no exceder los 210°C, ya que a partir de esa temperatura, el daño al cabello es considerable.

c) Uso moderado de herramientas de calor

El uso diario de planchas o secadores puede ser muy perjudicial para el cabello. Es recomendable limitar el alisado térmico a dos o tres veces por semana y siempre dar al cabello un descanso entre aplicaciones de calor.

d) Técnica adecuada

Al utilizar una plancha para alisar el cabello, es importante pasarla suavemente desde la raíz hasta las puntas en un solo movimiento fluido. Repetir varias veces en la misma sección puede causar quiebre del cabello. Además, es recomendable dividir el cabello en secciones pequeñas para un alisado más uniforme y eficaz.

4. Tratamientos químicos: opciones y precauciones

Los tratamientos químicos, como el alisado permanente o la queratina, pueden ofrecer resultados duraderos, pero conllevan riesgos si no se aplican correctamente o si no se toman las precauciones adecuadas.

a) Alisado permanente

Este tratamiento altera de forma irreversible la estructura del cabello mediante el uso de productos químicos fuertes, como el hidróxido de sodio o el tioglicolato de amonio. Estos productos rompen los enlaces de disulfuro en el córtex del cabello, permitiendo que se reorganice en una forma recta. Aunque los resultados pueden durar varios meses, este proceso puede debilitar el cabello y hacerlo más susceptible a la rotura y al daño si no se cuida adecuadamente después del tratamiento.

b) Tratamiento de queratina

El tratamiento de queratina es menos agresivo que el alisado permanente y es conocido por dejar el cabello suave, brillante y libre de frizz. Este tratamiento cubre el cabello con una capa de queratina, una proteína natural que fortalece y alisa las hebras. Aunque es más seguro que otros tratamientos químicos, es importante asegurarse de que el producto utilizado no contenga formaldehído, una sustancia química que puede ser perjudicial para la salud.

c) Alisado con ácido glicólico

El alisado con ácido glicólico es un tratamiento más reciente y se considera más suave que los métodos tradicionales. Este ácido, derivado de la caña de azúcar, tiene la capacidad de alisar el cabello sin romper los enlaces de disulfuro. En su lugar, suaviza y realinea la fibra capilar, dejando el cabello más liso y manejable sin causar tanto daño.

5. Cuidados posteriores al alisado

Independientemente del método utilizado para alisar el cabello, es crucial seguir un régimen de cuidado adecuado para mantener el cabello sano y evitar daños a largo plazo.

a) Hidratación regular

El alisado, ya sea térmico o químico, puede eliminar la humedad natural del cabello, dejándolo seco y quebradizo. Es esencial utilizar mascarillas hidratantes una o dos veces por semana y aplicar aceites capilares ligeros, como el aceite de argán o el aceite de jojoba, para mantener el cabello hidratado y suave.

b) Uso de champús y acondicionadores sin sulfatos

Los sulfatos son agentes limpiadores agresivos que pueden despojar al cabello de sus aceites naturales, algo que es particularmente problemático para el cabello alisado. Optar por champús y acondicionadores sin sulfatos ayudará a mantener la integridad del tratamiento y la salud del cabello.

c) Evitar la exposición excesiva al sol

La exposición prolongada al sol puede dañar el cabello alisado, especialmente si se ha sometido a tratamientos químicos. Utilizar sombreros o productos capilares con protección UV puede ayudar a proteger el cabello de los rayos dañinos del sol.

6. Consideraciones finales

El alisado del cabello puede ser una manera de cambiar de estilo y mejorar la manejabilidad del cabello, pero es esencial abordarlo con precaución. Priorizar métodos naturales o moderar el uso de tratamientos térmicos y químicos, junto con un régimen de cuidado adecuado, puede asegurar que el cabello se mantenga saludable, brillante y fuerte a lo largo del tiempo. Cuidar del cabello no solo implica lograr el estilo deseado, sino también mantener su vitalidad y bienestar a largo plazo.

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